una omision injustificada

En un libro que trata sobre los líderes (políticos, pero también empresarios, sindicales, y deportivos), la omisión de don Julio Grondona resulta injustificada. The Dictator’s Handbook (El Manual del Dictador) de Bruce Bueno de Mesquita y Alastair Smith ofrece una versión accesible de la teoría del selectorado que estos autores (junto a Randolph M. Siverson y James D. Morrow) ofrecieron en The Logic of Political Survival (La Lógica de la Supervivencia Política) nueve años atrás.

La principal virtud del argumento es su generalidad: en todo sistema político (un sistema político puede ser un país pero también una mafia, una sociedad anónima que cotiza en bolsa, un sindicato, una ONG, una universidad…) hay tres grupos de personas. El selectorado abarca a todos aquellos que nominalmente tienen alguna influencia en el nombramiento del líder de la organización (por ej., los votantes en una democracia, pero también en un régimen de elecciones fraudulentas, como los países comunistas; todos los miembros del ejercito en un régimen militar, etc). Los influyentes son aquellos que tienen una posibilidad realista de influir en la selección de líder (por ejemplo, en un régimen militar solo los coroneles y militares califican como influyentes). Y la coalición ganadora (winning coalition) comprende a todos aquellos cuyo apoyo es absolutamente esencial para que el líder se mantenga en el poder (por ejemplo, en una dictadura personalista, si la gente sale a la calle y  no hay represión, el líder se cae; ergo, el jefe de policía es parte de la coalición ganadora).
El argumento es simple: los líderes son individuos que quieren mantenerse en el poder, y para hacerlo deben mantener contentos a los miembros de su coalición ganadora, y a nadie mas. Cuando la coalición ganadora es grande (como en las democracias), el líder tiene que mantenerla contenta ofreciendo bienes públicos (libertades individuales, gobierno de la ley, educación, salud, defensa exterior, transparencia, etc) cuyo costo per capita es menor. Si la coalición ganadora es pequeña, en cambio, el líder ofrece bienes privados para enriquecer a sus miembros: básicamente, la posibilidad de acceder al tesoro público. Es por eso que la calidad de vida suele ser mucho mejor en las democracias que en las autocracias, y por que la arbitrariedad, la corrupción, el abuso de poder y el lujo ostentoso cuando la gente se muere de hambre son características de las dictaduras personalistas (donde, por ejemplo, el líder prefiere vender en el mercado negro la ayuda recibida luego de un desastre natural antes que permitir que llegue a sus destinatarios). (*)
Como ya dijimos, la principal virtud del argumento es que puede ser aplicado a cualquier organización, no necesariamente un régimen político: de hecho, los autores usa la teoría para explicar por que tantos CEOs de sociedades anónimas pueden aumentarse sus salarios incluso cuando la compañía da perdidas: la coalición ganadora de los CEOs son los escasos miembros del board of directors, que pueden ser comprados, también ellos, con aumentos de salarios, a costa de millones de accionistas que nominalmente tienen voz (pero no influencia) en la dirección de la compañía. Y, lo que es mas relevante dado el titulo de este post, también en las organizaciones deportivas internacionales, como el Comité Olímpico Internacional y la FIFA. De hecho, los autores explican que la elección de la sede de los Juegos Olímpicos y los mundiales de fútbol habitualmente esta teñida de graves denuncias de corrupción porque la elección de la sede recae en un grupo muy pequeño de personas (unos 50 en el caso del COI, menos de 15 en la FIFA), quienes naturalmente valoran mucho mas los beneficios privados que puedan recibir de los candidatos que las ventajas deportivas y de infraestructura que pueda tener la sede en si: de otra manera, no se explica que Qatar, un país donde la temperatura llega a 50 grados centígrados en verano y donde están prohibidos tanto el consumo de alcohol como la homosexualidad (y la prostitución), haya sido elegido como sede del mundial de 2022. De hecho, la elección de la sede fue bastante sospechosa; Bueno de Mesquita y Smith discuten extensivamente una acusación de soborno, pero ignoran la mas jugosa de todas, precisamente la que implica a Julio Grondona, a quien le habrían ofrecido varias decenas de millones de dólares (en concepto de derechos de televisión) a cambio de su apoyo. Tanto por esto, como por su notable persistencia al frente de la AFA, donde permanece desde 1979, Grondona merecía una mención.
* Por supuesto, el abuso de poder, la corrupción y el lujo ostentoso también existen en las democracias, pero a un nivel mucho menor que en dictaduras personalistas como la de Mobutu Sese-Seko, Kim Jong Il, o Samuel Doe.